Hay que recordar que si hoy la mortalidad infantil se ha
reducido al nivel de los países más avanzados del mundo y que si la vida media
se ha alargado ha sido gracias a las vacunas.
Las vacunas constituyen el primer paso verdadero de la
medicina preventiva: las vacunas responden a la exigencia de prevenir y
modificar las enfermedades y representan un intento fundamental de la medicina
en esta dirección.
En lo que respecta a la salud pública, el objetivo es
conseguir la inmunidad del mayor porcentaje posible de sujetos, con el menor
riesgo posible de reacciones no deseadas y con el coste más bajo. Además,
cuantas más son las personas vacunadas, existe menos posibilidad de contagio de
las enfermedades también para quien no ha sido vacunado.
http://www.youtube.com/watch?v=R24iSyGX69g
Si dejamos de vacunar, hasta los
pocos casos que ocurren en este país podrían rápidamente pasar a ser decenas o
centenares de miles de casos.
Es importante que los niños
reciban todas las dosis de las vacunas según el calendario de vacunación
recomendado. El no recibir todas las dosis de una vacuna deja a los niños en
peligro de contraer enfermedades graves.
Las vacunas no son solo para los bebés. A medida que los
niños crecen, algunas vacunas recibidas durante la niñez pueden empezar a
perder su eficacia. Los niños de más edad también pueden ser susceptibles a
ciertas infecciones al entrar en la preadolescencia y adolescencia.
Lejos de condiciones éticas, sociales y económicas, se
pretende facilitar un calendario adecuado tanto para niños como para adolescentes con una vacunación incompleta.
La situación actual en nuestro país es ilógica y crea
desigualdades, los niños están desprotegidos frente a una determinada infección
u otra.
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